lunes, diciembre 4

Pesimismo, optimismo y realismo...

Nunca me imaginé publicando sobre este tema, pero quiero decir igual que todos, lo que pienso al respecto:
A pesar de mis intentos de impermeabilidad con la política, tema de mi total y profundo desagrado, vivo en este país y no he quedado exenta de la abundante, exhaustiva e inquisitiva información de los últimos tiempos y mas aún de estas recientes elecciones.
No es que el tema no me importe, o no me afecte, me importa mucho pero a mi manera, me afecta pero a mi forma. Y si bien muchas personas han aprendido en los últimos tiempos a sufrir y emocionarse con sus candidatos, con sus propuestas, con sus aciertos y desaciertos; yo, sigo sin exaltarme, sin que nada de la política me produzca emoción alguna, porque sencillamente de ese mundo no le creo A NADIE, y al desconfiar de ellos, poco me importan.
Si debo opinar sobre las elecciones presidenciales que este 3 de diciembre ocurrieron en Venezuela, puedo decir entonces que aunque nunca creí que la oposición iba a ganar, si me mantuve optimista en otros sentidos: confiaba en que la gente acudiría a votar y que luego defenderían sus votos, confiaba también en que iba a demostrarse mediante muchos medios quien seria el virtual ganador pero sabia que los resultados iban a evidenciar otra cosa que sorprendería a muchos.
Debo decir, sin embargo, que ésto se veía venir. No porque crea que Chávez tenga gran cantidad de adeptos, porque para ser sincera me sorprende que haya sacado 6 millones de votos; a mi juicio es demasiada gente para quien, por ejemplo, no logro una convocatoria real en su marcha de cierre de campaña en la capital del país hace una semana. Se veía venir sencillamente porque desde hace 8 años hemos estado en presencia de un absolutismo disfrazado, un gobierno que se da el tupé de controlar todos los poderes, de donde emana la posibilidad y garantía de alcanzar sus objetivos FACILMENTE.
Ya me estoy adentrando demasiado en lo que no me gusta y para finalizar, solo puedo decir que sí tengo esperanzas en un buen porvenir, sí creo que se puedan lograr cosas buenas en Venezuela porque el futuro de uno, lo construye uno mismo y no un dirigente político, ni porque sea un socialista resentido. Nada de depresiones, todo lo contrario, si aceptamos lo que ocurre, se nos hace mas fácil seguir el camino y saltar los obstaculos.

"El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie y el realista ajusta las velas"
William George Ward